lunes, 6 de agosto de 2012
jueves, 2 de agosto de 2012
¡LA EMPRESA DE MIS SUEÑOS!
Son las 20:00 horas del día miércoles y Jorge
Cruzalegui; Gerente General de una Corporación que factura $10’000,000.00 por
año; acaba de terminar el Comité de Gerencia de la semana. Iba conduciendo su
auto Mercedes Benz por una gran avenida de la ciudad, el aire que entraba por
la ventana del auto le refrescaba la cara pero no le quitaba del pensamiento la
cantidad de problemas que se habían puesto en debate en el comité. Pensaba en
lo que sería tener una empresa que funcionara como un reloj suizo. ¿Qué hacer
para tener una empresa saludable y funcionando como un relojito, se preguntaba?.
Al llegar a casa ni los besos y abrazos de su esposa e hijos le quitaron de la
mente estos pensamientos.
Esa noche se acostó y a pesar del cansancio se quedo
dormido pensando en los problemas y no pudo evitar tener un hermoso sueño que paso
a narrarles a continuación: En su sueño Jorge se veía iniciando un nuevo día, llegaba
al trabajo a primera hora de la mañana, entraba a la empresa y se encontraba
con un ambiente alegre, estimulante y lleno de vitalidad. Todos le saludaban
con cordialidad y con una sonrisa a flor de labios; que buen día tendré hoy
pensó en su interior.
Al hablar con los colaboradores acerca de las metas
próximas y de los proyectos pendientes de culminación y los nuevos, sólo
percibe entusiasmo y compromiso. El personal está ansioso por trabajar – atento
con su visión y alineado con su estrategia - y comparte gustosamente las ideas.
Avanza el día, se pasea por la planta, las oficinas,
los almacenes y ve como algunos de los empleados resuelven las posibles fallas
y saben como impulsar las ventas y las ganancias. Bromean con usted y entre
ellos, y su buen humor demuestra que disfrutan con su trabajo, que están a
gusto con usted y que lo respetan. Le preguntan cosas que no saben o no
entienden y sienten como su líder los acompaña al logro de los objetivos
asignados a sus cargos.
A medida que avanza la jornada, ve como hablan por
teléfono, se reúnen entre ellos, o trabajan en los computadores; en algún momento
se acercan nuevamente a usted con ideas creativas o un pedido especial. Cada
tarea se asume con carácter de urgencia.
Estos colaboradores diligentes están permanentemente
en busca de métodos nuevos para mejorar la calidad de su producto o servicio, para
despachar con mayor rápidez y eficiencia, y para desarrollar sus habilidades. Mientras
algunos se ofrecen voluntariamente para asumir las responsabilidades, otros
están dispuestos a prestar su ayuda a sus compañeros. Saben que en otro
proyecto ellos pueden ser los responsables y necesitar apoyo de los mismos.
Confían en que usted valora sus esfuerzos; escucha sus sugerencias y es
suficientemente flexible para adaptarse a cada uno de ellos.
Las opiniones que se escuchan en todo el centro de
trabajo son sinceras y absolutamente personales. No hay el ruido pasillo, no hay
silencios sospechosos cuando los jefes pasan cerca; cómo tampoco memorándums o
notas reservadas de carácter defensivo, o un malhumor hostil entre los
empleados que reclaman un mayor presupuesto o atención. Todos se sienten
escuchados y valorados por sus jefes inmediatos o no.
El habitual antagonismo entre compañeros de una misma
área o de áreas diferentes, ha sido reemplazado por la participación en las
responsabilidades y la idea de que todos trabajan juntos. El trabajo en equipo
y la participación configuran la estructura de la compañía y no las anticuadas
y rígidas escalas jerárquicas. La comunicación es fluida y la toma de
decisiones es muy rápida; esto ha impactado últimamente en la entera
satisfacción de los clientes.
Acaso lo más notorio en este nuevo ambiente sea el
sentido de respeto y consideración. Desde los horarios más flexibles hasta los
salarios adecuados y el compartir toda la información básica, la compañía
muestra que se preocupa verdaderamente por el personal, y los empleados retribuyen
esta confianza con lealtad.
Jorge se acaba de despertar y cual libertador quiere
hacer realidad este sueño; sin duda le espera una gran tarea.
Manuel Ponce
@mponcepolanco
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