jueves, 9 de mayo de 2013

¡COMO CREAR LA CULTURA DE LA INNOVACIÓN!


                   ¡COMO CREAR LA CULTURA DE LA INNOVACIÓN! 

En un mundo globalizado, con usuarios cada vez más informados y exigentes, en el que el conocimiento ha crecido de forma exponencial, el ciclo de vida de los productos y servicios se ha acortado y existe una mayor movilidad de la personas; ha nacido el nuevo paradigma: la innovación.

Hoy la innovación forma parte de la estrategia para la competitividad, el desarrollo sostenible y el bienestar de la sociedad. Por diversos motivos el mundo empresarial vive un creciente interés por la  innovación. Esta ya no se encuentra  solo en los laboratorios y centros de investigación sino que se ha convertido en el resultado del intercambio de ideas o conocimientos entre la empresa y su entorno.

A lo largo de los años hemos visto grandes innovaciones como la máquina de vapor, el ferrocarril, el automóvil, el teléfono celular, internet, los electrodomésticos, el pago con tarjeta o la compra con carrito. Pero como sabemos, en las empresas la innovación no apunta sólo a nuevos productos o servicios; también se requiere ser innovador entre otras cosas en:


  • Nuevos métodos y herramientas.
  • Nuevas maneras de gestionar sus recursos y capacidades.
  • Nuevas formas de llegar y tratar a los clientes.
  • Nuevas estrategias empresariales.

Una de las claves más significativas y difíciles de la innovación es saber escuchar. Las redes de contactos, el diseño de estrategias para una adecuada relación constante con los grupos de interés y la comunicación efectiva, deben sentar las bases de las nuevas relaciones en las organizaciones. La escucha activa ofreció nuevas oportunidades para innovar a compañías cómo, WONG, IKEA, SUNAT, SUNARP y DELL; que incorporaron al consumidor ó usuario en su cadena de valor para la innovación.


La cultura de la innovación

La innovación no corresponde solo a la alta dirección, sino que debe abarcar toda la cadena de valor; se trata de crear valor a través de una amplia red de personas. Una organización cuya cultura estimula la innovación está llena de creatividad, de experimentos:  

  • Las personas se emocionan ante la posibilidad de construir nuevas soluciones.
  • Se trabaja en equipo sin miedo a compartir el conocimiento.
  • La cultura de la innovación es la base sobre la cual se construye una organización      innovadora.
Algunos síntomas de que la cultura de una organización no es innovadora pueden ser:

  • Las personas sienten que la organización no está interesada en cambiar la forma como se hace las cosas.
  • Se valora el pensamiento crítico más que el pensamiento creativo.
  • Se castigan los errores y se desperdicia la oportunidad de aprender de los experimentos fallidos.
  • Las personas sienten que los cambios pueden afectar negativamente su nivel dentro de la organización y por lo tanto siguen haciendo lo mismo.
  • Se requieren innumerables permisos y aprobaciones para aprobar una nueva idea.
  • Las personas sienten que si comentan una idea, esta les puede ser robada.
  • Las personas sienten que para progresar dentro de la organización es mejor hacer      estrictamente lo que se espera de ellas.
Desarrollo de la cultura de la innovación

El desarrollo de una cultura de la innovación es necesario en las empresas, para no quedarnos desfasados. Una empresa que quiere crear una cultura de la innovación debe estar asentada sobre valores como: apertura, confianza, equidad y compromiso; así que el primer paso a dar es el de revisar los valores que conforman su cultura corporativa y llevar a cabo una evaluación de la misma. Por ello los valores pro innovación, lejos de quedarse en una declaración de intenciones, deben hacerse tangibles en competencias clave para la innovación como el emprendimiento, el trabajo en equipo, la gestión del riesgo, la creatividad, la autonomía, la gestión de conflictos, la adaptación y la comunicación.

Este proceso de cambio cultural puede ser percibido como una labor poco menos que imposible. Suelo escuchar en algunas empresas preguntas como:

¿Cómo voy a lograr que nuestros ejecutivos, que llevan muchos años pensando de manera conservadora, empiecen de un momento a otro a ser abiertos a los cambios?

¿Cómo logro que los jefes no vean una amenaza en sus colaboradores cuando estos empiezan a decirles cómo podrían hacerse mejor las cosas?

Es una tendencia natural seguir haciendo las cosas de la misma forma como se han venido haciendo; sobre todo si esta forma de hacerlas ha traído éxitos en el pasado. 

Cuando los tiempos cambian, las empresas exitosas están en buena posición para competir por que tienen los recursos, sin embargo, también están en peligro dada su natural tendencia a seguir aferrados a los modelos que los han mantenido en el  liderazgo. A pesar de todo ello cambiar la cultura de una organización es más fácil de lo que se podría pensar. 

Es sorprendente ver las transformaciones que han ocurrido en algunas empresas:


  • Asombrados jefes que se emocionan como niños ante nuevos procesos.
  • Encopetados  vicepresidentes que se arremangan las mangas de las camisas y ayudan a cambiar las cosas de lugar.
  • Veteranos ejecutivos que trabajan codo a codo con ingenieros recién egresados para darle forma a un nuevo producto o servicio.
Una vez se logran derribar los miedos naturales, los más conservadores se convierten en campeones del cambio. Una vez se entienden las razones por las cuales las personas prefieren mantener el statu quo, será mucho más fácil fomentar una mentalidad más abierta.

La dirección debe motivar nuevos criterios para el desarrollo profesional

 Los creativos admiran las buenas ideas, vengan de donde vengan.

  • Se debe premiar la capacidad de compartir conocimiento en lugar de premiar la posesión del mismo.
  • Se debe premiar la capacidad de sacar lo mejor de las personas que conforman su equipo en lugar del talento para sobresalir.
  • Se deberá recompensar el aporte individual sin atarlo obligatoriamente a un ascenso dentro de la pirámide organizacional.
Las organizaciones inteligentes son aquellas cuyas culturas estimulan a la gente y aceptan esas innovaciones. En estas organizaciones se crean ambientes donde se cultiva una generosidad creativa que hace que la gente disfrute tanto de proponer nuevas ideas como de escucharlas.

Tampoco se trata de innovar por innovar, sino que innovamos para mejorar el negocio, para aproximarnos a la visión o a los objetivos estratégicos formulados como proyecto de empresa. 

Es sabido asimismo, que las buenas ideas han llevado al éxito a muchas organizaciones de diferente tamaño; incluso buena parte de estas empresas innovadoras se han podido permitir intentos fallidos, son flexibles ante las fallas. El fracaso se entiende como parte del proceso creativo.

Acciones para estimular la cultura de la innovación


  • Premiar colectivamente los logros innovadores.
  • Estimular la búsqueda de nuevas formas de hacer las cosas.
  • Estimular a las personas que están haciendo aportes creativos para evitar que la inercia del grupo lo detenga.
  • Reforzar valores y actitudes de apertura al cambio.
  • Promover el hecho de que los problemas sean vistos como retos.
  • Difundir internamente los aportes que hayan tenido un impacto positivo en el desempeño de la organización y reconocerlos públicamente.
  • Estimular la difusión del conocimiento, incluido aquel que se obtiene de los fracasos.
  • Permitir las fallas, cuando estas son la consecuencia inevitable del proceso de    experimentación.
  • Valorar la capacidad de desarrollar a los integrantes del equipo.
  • Retar  a los empleados a encontrar mejoras en todos los procesos.
  • Castigar a la reacción crítica ante nuevas ideas.
  • Estimular la integración de diferentes formas de pensamiento.

¡Las organizaciones innovadoras logran que todas las condiciones que favorecen los cambios se den permanentemente!


Manuel Ponce Polanco
manuelponce@partnerconsulting.com.pe
@mponcepolanco