¡QUE “NO” ES EL COACHING!
El coaching a lo largo de su introducción al mercado ha
sido confundido con varias disciplinas, ciencias y herramientas.
Una de las formas de tener claro para que sirve algo es también
sabiendo que ”no es”; en este artículo dejaremos en claro que no es el coaching a fin de que usted pueda comprender mejor el
rol fundamental que tiene en la actualidad.
El
Coaching no es una consultoría tradicional; esto es, se contrata al
consultor por su conocimiento experto. Él es un profesor, no un coach, enseña a los líderes las formas en que pueden
abordar sus negocios y los asuntos personales.
Una consultoría puede funcionar bien cuando una
organización o un individuo carece de competencias en el área de experiencia
del consultor. El coaching no es consultoría por que no realiza análisis ni
aporta soluciones. El Coaching inspira soluciones, pero no la da directamente.
Además el coach nunca aconseja.
El
Coaching no es una terapia;
dado que no va dirigido a personas que sufren, que tiene problemas que no
pueden resolver o que presentan disfunciones patológicas. La terapia rebusca en
el pasado el detonante de un modelo de comportamiento repetitivo y lo explica.
En coaching nos concentramos en el presente y futuro de
la vida profesional, pero sin perder de vista que la persona es un todo
indisociable.
El
Coaching no es mentoring; los mentores son individuos de más edad y más
experimentados que comunican su experiencia profesional y sus
conocimientos de los negocios a
candidatos noveles, aprendices. En coaching se considera que el cliente es
perfectamente responsable y está totalmente capacitado. Es maduro y sabe tomar
las riendas de su destino.
El coach le ayuda estructurarse y a ponerse en marcha.
De manera específica podemos afirmar también lo
siguiente:
- El coaching no es un método de formación, sino de mejora y desarrollo profesional y personal.
- El coaching no es un proceso de adaptación a la cultura de la empresa, sino que se materializa y se lleva a cabo en el mismo entorno mediático empresarial y de negocio.
- El coach que realiza el coaching no es un jefe, es un «entrenador».
- El coaching no responde a un proceso simple de interacción, sino que lleva aparejado un claro propósito: el descubrimiento, la mejora de las capacidades y el aprovechamiento de las oportunidades de desarrollo.
- El coaching nunca se debe confundir con un sistema de evaluación del desempeño, puesto que no incorpora -ni subrepticiamente- la valoración del rendimiento. El coach no juzga.
- El coaching no es una técnica de percepción del subconsciente sino un proceso de desarrollo para que el directivo conozca y se enfrente a su realidad concreta, en una circunstancia y en una organización determinada.
- El coaching no hurga en el pasado; supera la relación interpersonal al crear comportamientos y hábitos positivos para el futuro.
Se advierte así que no todas las
relaciones de los empleados con sus jefes o directivos deben ser consideradas
partes del coaching. El concepto del coaching se completa cuando entendemos
algunos conceptos que forman y no forman parte sustantiva del coaching,
especialmente referidos a la función del coach. El cuadro siguiente nos muestra
algunas diferencias:
En efecto, un coach no es:
- Un amigo, porque los amigos consienten en los defectos (incluso los vicios) de uno para no dañar la amistad. El coach es un espejo que transmite al pupilo una imagen lo más fiel posible de sí mismo.
- Un confesor, porque no enjuicia los pecados y faltas. Por el contrario es un facilitador del desarrollo; siempre que el pupilo quiera de verdad.
- Un consejero, obligado a evaluar la actuación del individuo, del equipo o de la organización. Es una persona que actúa con generosidad a través de la escucha atenta y la influencia honesta.
- Un consultor, que muestra y aplica soluciones hechas, sino que ayuda a descubrir los puntos fuertes y oportunidades de mejora del pupilo, con evidencias de comportamientos.
- Una estrella, no es el protagonista del proceso, sino un secundario que ayuda a conseguir los objetivos propuestos.
- Una «vieja gloria», que proyecta en su persona el presente y el pasado, sino alguien que colabora en visualizar el futuro deseado y hacerla posible.
- No desempeña las funciones de un psicólogo/psicoterapeuta/psiquiatra que busca los traumas, sino un catalizador centrado en soluciones.
De lo anterior podemos concluir que Coaching no es
terapia, consultoría, formación, desarrollo deportivo o “mentoría”; sin
embargo, las diferencias pueden ser tan sutiles que pueden provocar confusión
al momento de distinguir unas de otras.
Además existe la posibilidad de que un consultor, mentor,
o educador o terapeuta ofrezca coaching, lo cual puede ser otro motivo por el
cual a un cliente se le dificulta tener claridad entre una profesión y otra.
Para que el proceso de coaching tenga éxito, el coach
debe tener las ganas y la pasión de
ayudar a su cliente para que éste se haga más competente y se permita el paso
a una vida mejor.
¡Es
importante que el coach asuma la responsabilidad de ofrecerle claridad al cliente
cuando está haciendo coaching para minimizar la confusión que puede ocasionar!