sábado, 3 de marzo de 2012

¡BARRERAS PARA LA DELEGACION EFECTIVA!


 

¡Siempre la delegación implicará un cambio! y éstos suelen ser riesgosos. En realidad es un tema sobre la sensación de control que queremos ejercer sobre las cosas.

Cuando una tarea es delegada, tenemos sentimientos que están ligados con la transferencia de respon­sabilidad: pérdida de poder, de autoridad y de logros, entre otros.

Cada uno de estos sentimientos no son confortables, pero el ries­go vale la pena cuando uno considera los beneficios de la delegación. Estas emociones no son negativas pero inhiben la delegación efectiva. El examinar estas barreras nos hará tomar conciencia de nuestras dificultades para delegar.

Barreras del ejecutivo

1.      Yo lo puedo hacer mejor.

Esta falacia de omnipotencia se encuentra en muchos ge­rentes.

A pesar de que un gerente pueda ha­cer un mejor trabajo, la opción no está entre la calidad de su trabajo o la calidad del trabajo de su subordinado; está más bien entre los beneficios de una mejor performance de una tarea y los beneficios derivados de que el ejecutivo aplique su tiempo al planeamiento, delegación, supervisión, entrenamiento y desarrollo de su equipo.

Eventualmente este equipo logrará una mejor performance y so­brevivirá al ejecutivo.

2.      Falta de confianza en los subordinados.

Éste es un ciclo que nunca termina.

Cuando la delegación no se realiza por falta de con­fianza, los subordinados no tienen la opor­tunidad de desarrollar sus habilidades.

Esto hace que las dudas del ejecutivo se conviertan en una autoprofecía de nunca acabar.
     
3.      Inseguridad.

Muchos tienen miedo de no ser aceptados por sus subordinados.

La delegación no es tiranía. No se debe tener miedo de pedir a otros que incrementen sus res­ponsabilidades de trabajo. Tampoco habría que tener miedo a aparecer como no indis­pensable para la empresa.

La delegación es una herramienta de gestión diseñada para conseguir mejores resultados con menor es­fuerzo.

Barreras del subordinado

1.      Falta de experiencia o competencias.

Los subordinados pueden no estar preparados para realizar las tareas que queremos asig­narles, pueda que les falte las habilidades y la experiencia necesaria; en este caso la dele­gación es una excelente herramienta para desarrollar gen­te.

Sin embargo, si no res­ponden, no queda otra op­ción que reemplazarlos.

2.      Evitan responsabilidad.

En este caso, debemos avanzar pausadamente, clarificando y expandiendo los temas de de­legación.

Lo importante es que los subordi­nados vean las ventajas que ganan en este proceso (para que la resistencia desaparez­ca). Cada tarea delegada debe construir la confianza para la próxima.

Barreras de la situación

1.      Falta de organización.

Cuando su jefe asig­na tareas a uno de sus subordinados sin de­círselo, el resultado es caótico: uno no puede delegar de forma efectiva.

En este caso lo mejor es sentarse con el jefe y aclarar las responsabilidades.

2.      Problemas de falta de gente.

El tener un número de subordinados insuficientes y sobretrabajado podría ser la principal barrera para delegar.

Serán necesarios todos lo esfuer­zos posibles para conseguir más personal.


En muchos casos de problemas de delega­ción habría que analizar cómo está organi­zado el trabajo para hacerlo más eficaz.

Delegue sus tareas sin miedo y se dará cuen­ta de que la mayor cantidad de veces su gente encontrará la manera de llevarlas a cabo.

Finalmente, el éxito de un ejecutivo en desarrollo dependerá directamente de activar el switch que lo convierte de “hace­dor” a “delegador”.

¡Siempre la delegación implicará un cambio!

¡Delegar es el arte de obtener cosas a través de otras personas!


Por: Manuel Ponce

                                                            

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