¡Siempre la delegación implicará un cambio! y éstos
suelen ser riesgosos. En realidad es un tema sobre la sensación de control que
queremos ejercer sobre las cosas.
Cuando una tarea es delegada, tenemos sentimientos
que están ligados con la transferencia de responsabilidad: pérdida de poder,
de autoridad y de logros, entre otros.
Cada uno de estos sentimientos no son confortables,
pero el riesgo vale la pena cuando uno considera los beneficios de la
delegación. Estas emociones no son negativas pero inhiben la delegación
efectiva. El examinar estas barreras nos hará tomar conciencia de nuestras
dificultades para delegar.
Barreras del ejecutivo
1. Yo lo puedo hacer mejor.
Esta falacia de omnipotencia se
encuentra en muchos gerentes.
A pesar de que un gerente pueda hacer
un mejor trabajo, la opción no está entre la calidad de su trabajo o la calidad
del trabajo de su subordinado; está más bien entre los beneficios de una mejor
performance de una tarea y los beneficios derivados de que el ejecutivo aplique
su tiempo al planeamiento, delegación, supervisión, entrenamiento y desarrollo
de su equipo.
Eventualmente este equipo logrará
una mejor performance y sobrevivirá al ejecutivo.
2. Falta de confianza en los subordinados.
Éste es un ciclo que nunca termina.
Cuando la delegación no se realiza
por falta de confianza, los subordinados no tienen la oportunidad de
desarrollar sus habilidades.
Esto hace que las dudas del
ejecutivo se conviertan en una autoprofecía de nunca acabar.
3. Inseguridad.
Muchos tienen miedo de no ser
aceptados por sus subordinados.
La delegación no es tiranía. No se
debe tener miedo de pedir a otros que incrementen sus responsabilidades de
trabajo. Tampoco habría que tener miedo a aparecer como no indispensable para
la empresa.
La delegación es una herramienta de
gestión diseñada para conseguir mejores resultados con menor esfuerzo.
Barreras del subordinado
1. Falta de experiencia o competencias.
Los subordinados pueden no estar
preparados para realizar las tareas que queremos asignarles, pueda que les
falte las habilidades y la experiencia necesaria; en este caso la delegación
es una excelente herramienta para desarrollar gente.
Sin embargo, si no responden, no
queda otra opción que reemplazarlos.
2. Evitan responsabilidad.
En este caso, debemos avanzar
pausadamente, clarificando y expandiendo los temas de delegación.
Lo importante es que los subordinados
vean las ventajas que ganan en este proceso (para que la resistencia desaparezca).
Cada tarea delegada debe construir la confianza para la próxima.
Barreras de la situación
1. Falta de organización.
Cuando su jefe asigna tareas a uno
de sus subordinados sin decírselo, el resultado es caótico: uno no puede
delegar de forma efectiva.
En este caso lo mejor es sentarse
con el jefe y aclarar las responsabilidades.
2. Problemas de falta de gente.
El tener un número de subordinados
insuficientes y sobretrabajado podría ser la principal barrera para delegar.
Serán necesarios todos lo esfuerzos
posibles para conseguir más personal.
En muchos casos de problemas de delegación habría
que analizar cómo está organizado el trabajo para hacerlo más eficaz.
Delegue sus tareas sin miedo y se dará cuenta de que
la mayor cantidad de veces su gente encontrará la manera de llevarlas a cabo.
Finalmente, el éxito de un ejecutivo en desarrollo
dependerá directamente de activar el switch
que lo convierte de “hacedor” a “delegador”.
¡Siempre la delegación implicará un
cambio!
¡Delegar es el arte de obtener cosas
a través de otras personas!
Por: Manuel Ponce
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