lunes, 25 de febrero de 2013

¡A PROPOSITO DE DEFINIR LA VISION EMPRESARIAL!


¡A PROPÓSITO DE DEFINIR LA VISIÓN EMPRESARIAL!

Todos los líderes tienen una clara visión del futuro de su organización.

Pero la visión no bas­ta. Esta debe excitar la mente y llegar al corazón de los integrantes de la organización. La gente no se limita a cumplir su deber cuando su líder les pinta una visión de futuro que es apremiante e importante. El objetivo es el motivador más im­portante del mundo.

La gente siente en su interior que debe formar parte de algo que sea superior a ella. Da igual que hable­mos del gerente general o del empleado encargado de los envíos, todo ser humano necesita creer que aporta algo.

Los grandes líderes entienden tales ansias y hacen saber a sus segui­dores que su trabajo diario afecta positivamente al mundo ente­ro. Alimentan también el fuego de la excitación dentro de sus organizaciones mostrando a su gente que el trabajo que hacen los acerca más al objetivo. Dicho en pocas palabras: los líderes dan a sus seguidores una buena razón para levantarse por la mañana.

Leamos el siguiente dialogo entre el  “Julián el consultor” y “Peter el propietario de una empresa”; extraído de la fábula espiritual: LAS 08 CLAVES DEL LIDERAZGO de ROBIN SHARMA.

Julián: Me dijiste que la moral baja es lo que impide el crecimiento de tu empresa Global View.

Peter: Cierto.

Julián: Entonces, recuerda esto, Peter. No hay personas sin moti­vación, solo empleados sin ella. Escoge a cualquier miembro de tu equipo que creas que carece de motivación e iniciativa e in­vestiga su vida personal. ¿Sabes lo que hallarás?

Peter: ¿Me atrevo a adivinarlo?

Julián: Verás que esa persona tiene una serie de aficiones que le encantan, intereses que lo excitan. Descubrirás que trabaja hasta avanzadas horas de la noche en su colección de sellos o que pasa horas aprendiendo idiomas o tocando instrumentos musicales, todo esto con verdadera pasión. Todos los habitan­tes de este mundo pueden interesarse o motivarse con algo. El trabajo fundamental del líder es interesar y motivar a su equi­po en lo que más apremia: su visión.

En vez de ordenar cons­tantemente a tu gente que trabaje para alcanzar las futuras me­tas que has establecido, ¿por qué no les das una buena razón para que lo hagan? Y si llegas a la conclusión de que siguen es­tando desmotivados, sé consciente de que esto se debe a que aún no les has dado razones suficientes para que compartan tu visión del futuro. No olvides lo que los psicólogos saben desde hace muchos años: los seres humanos huyen del dolor y bus­can el placer.  Los líderes clarividentes logran que sus emplea­dos asocien el trabajo diario y el objetivo con el placer. Unen el salario con el objetivo.

Julián: prosiguió; ¿Cuál es la definición actual de la visión de tu empresa?. Venga, hombre. Estoy cansado de oír hablar de dichas definiciones. Creo que la idea desaparecerá, si no te importa que lo diga.

Peter: Estoy de acuerdo. Pero no deja de ser cierto que una co­rrecta comprensión del futuro de tu empresa ayudará a concen­trar en el presente la energía de tu gente en las cosas importan­tes. De modo que tenla en cuenta, por favor.

“Ser el proveedor preferido de nuestros clientes, crear pro­ductos de gran calidad y convertimos en una empresa que ven­da varios miles de millones de dólares al año durante cinco años - exclamé con orgullo”.

Julián: ¿Crees realmente que esa definición hará que tu gente aporte lo mejor de sí misma a la empresa?  ¿Crees en serio haber­les dado una buena razón para que se levanten por la mañana? ¿Qué importante razón les has dado para que trabajen?. Toda em­presa quiere ser el proveedor preferido de los clientes. Y respecto a los miles de millones de dólares, deja que te cuente un secreto. Es probable que seas el único de la empresa al que le interesa esto.

Esto no le importa emocionalmente al trabajador promedio de tu empresa, aquel que trabaja con ahínco para pagar la hipoteca y educar a sus hijos.

Peter: Las palabras de Julián me molestaron. Sabía que quería in­ducirme a explorar nuevas sendas de pensamiento. Pero me es­taba apretando demasiado. Yo era el que había redactado aque­lla definición de visión. Y significaba mucho para mí.

Julián: Busquemos ahora maneras de replantear tu visión de fu­turo de un modo que resulte más apremiante para todas las per­sonas que lideras.

¿A qué se dedica tu empresa?

Peter: Hacemos programas para ordenador.

Julián: ¿Y cuál es tu mercado principal?

Peter: El sector de la sanidad. Los principales hospitales usan nuestros programas para atender mejor a sus pacientes.

Julián: Vaya, ahora ya sabemos algo. ¿Y qué es exactamente lo que tus programas permiten que hagan tus clientes?

Peter: Bien, el programa que más se vende es el que ayuda a médicos y enfermeras a controlar los pacientes en estado críti­co. Aunque empezó a venderse el año pasado, una revista espe­cializada en sanidad informaba no hace mucho de que ese pro­grama había salvado más de 100.000 vidas.

Julián: Veamos ahora qué es lo que quiero decir cuando hablo de una causa apremiante. ¿Y qué ingresos obtendría Global View si salvara millones de vidas?

Peter: Es difícil de decir. Hay tantos factores que tendría que te­ner en cuenta y...

Julián: Para lo que tengo que decir, no importa, seamos flexibles con las cifras - me interrumpió Julián - Dime simplemente, ¿es posible que los ingresos de tu empresa alcanzasen los cinco mil millones anuales, siempre y cuando tu programa salvase millones de vidas?

Peter: Sí, es posible -admití.

Julián: De acuerdo, pues. Imaginemos que tu definición se mo­dificara y fuese esta:

 «Global View está apasionadamente com­prometida con la salvación de las vidas de hombres, mujeres y niños; facilitamos a nuestros respetados clientes programas de ordenador de gran valor que les permiten satisfacer con brillan­tez las necesidades de sus pacientes. Nuestro objetivo para este quinquenio consiste en salvar las vidas de más de cinco millo­nes de personas y lograr cambios significativos y duraderos en el sector sanitario».

Peter: ¡Caray! -contesté al comprender inmediatamente la lec­ción que Julián me estaba dando.


Julián: Ya ves, Peter. El trabajo de un líder consiste en definir la realidad a su gente. El líder muestra a su gente una forma me­jor, más brillante de ver el mundo. Se enfrenta a los retos y los convierte en oportunidades de crecimiento, de mejora y de éxi­to. Hace algo más que mostrar a la gente cómo hacer las cosas bien, pues este es el trabajo del director. 

El líder iluminado deja bien claro qué hay que hacer, con lo cual sus empleados hacen mejor las cosas que antes. Confirma constantemente que el objetivo que cada uno persigue es bueno, justo y respetable. Entiende que la mejor manera de incentivar un comportamien­to innovador y excepcional es un trabajo que tenga sentido. 

El verdadero líder clarividente ofrece esperanza a sus segui­dores mostrándoles que les espera una realidad superior si siguen avanzando en la dirección de la visión del líder. Dicho de otro modo, provoca la pasión de su gente al conquistar su corazón y su mente con la fuerza de su objetivo.

Halla una visión a la que puedas dedicarte en cuerpo y alma, que se convierta en el motor que te impulsa, que sea tu razón de ser en el trabajo. Generará una excitación y energía positiva que cubra toda la organización.

¡Los líderes visionan el futuro de la organización
y la dirigen hacia él!



Manuel Ponce
manuelponce@partnerconsulting.com.pe
@mponcepolanco 






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