¡A PROPÓSITO DE DEFINIR LA VISIÓN EMPRESARIAL!
Todos los líderes tienen una clara visión del futuro de su organización.
Pero la visión no basta. Esta debe excitar la mente y llegar al corazón
de los integrantes de la organización. La gente no se limita a cumplir su deber
cuando su líder les pinta una visión de futuro que es apremiante e importante.
El objetivo es el motivador más importante del mundo.
La gente siente en su interior que
debe formar parte de algo que sea superior a ella. Da igual que hablemos del gerente
general o del empleado encargado de los envíos, todo ser humano necesita creer
que aporta algo.
Los grandes líderes entienden tales ansias y hacen saber a sus seguidores
que su trabajo diario afecta
positivamente al mundo entero. Alimentan también el fuego de la excitación
dentro de sus organizaciones mostrando a su gente que el trabajo que hacen los
acerca más al objetivo. Dicho en pocas palabras: los líderes dan a sus
seguidores una buena razón para levantarse por la mañana.
Leamos el siguiente dialogo entre el “Julián el consultor” y “Peter el propietario
de una empresa”; extraído de la fábula espiritual: LAS 08 CLAVES DEL LIDERAZGO
de ROBIN SHARMA.
Julián: Me
dijiste que la moral baja es lo que impide el crecimiento de tu empresa Global View.
Peter: Cierto.
Julián: Entonces, recuerda
esto, Peter. No hay personas sin motivación, solo empleados sin ella. Escoge a
cualquier miembro de tu equipo que creas que carece de motivación e iniciativa
e investiga su vida personal. ¿Sabes lo que hallarás?
Peter: ¿Me atrevo
a adivinarlo?
Julián:
Verás que esa persona tiene una serie de aficiones que le encantan, intereses
que lo excitan. Descubrirás que trabaja hasta avanzadas horas de la noche en su
colección de sellos o que pasa horas aprendiendo idiomas o tocando instrumentos
musicales, todo esto con verdadera pasión. Todos los habitantes de este mundo
pueden interesarse o motivarse con algo. El trabajo fundamental del líder es interesar y
motivar a su equipo en lo que más apremia: su visión.
En vez de ordenar constantemente a tu gente que
trabaje para alcanzar las futuras metas que has establecido, ¿por qué no les
das una buena razón para que lo hagan? Y si llegas a la conclusión de que
siguen estando desmotivados, sé consciente de que esto se debe a que aún no
les has dado razones suficientes para que compartan tu visión del futuro. No
olvides lo que los psicólogos saben desde hace muchos años: los seres humanos
huyen del dolor y buscan el placer. Los
líderes clarividentes logran que sus empleados asocien el trabajo diario y el
objetivo con el placer. Unen el salario con el objetivo.
Julián: prosiguió; ¿Cuál
es la definición actual de la visión de tu empresa?. Venga, hombre. Estoy cansado de oír hablar de dichas
definiciones. Creo que la idea desaparecerá, si no te importa que lo diga.
Peter: Estoy de
acuerdo. Pero no deja de ser cierto que una correcta comprensión del futuro de
tu empresa ayudará a concentrar en el presente la energía de tu gente en las
cosas importantes. De modo que tenla en cuenta, por favor.
“Ser el proveedor preferido de nuestros clientes, crear productos
de gran calidad y convertimos en una empresa que venda varios miles de
millones de dólares al año durante cinco años - exclamé con orgullo”.
Julián: ¿Crees realmente que
esa definición hará que tu gente aporte lo mejor de sí misma a la empresa? ¿Crees en serio haberles dado una buena
razón para que se levanten por la mañana? ¿Qué importante razón les has dado
para que trabajen?. Toda empresa quiere ser el proveedor preferido de los
clientes. Y respecto a los miles de millones de dólares, deja que te cuente un
secreto. Es probable que seas el único de la empresa al que le interesa esto.
Esto no le importa emocionalmente al trabajador promedio de tu empresa,
aquel que trabaja con ahínco para pagar la hipoteca y educar a sus hijos.
Peter: Las
palabras de Julián me molestaron. Sabía que quería inducirme a explorar nuevas sendas de pensamiento.
Pero me estaba apretando demasiado. Yo era el que había redactado aquella
definición de visión. Y significaba mucho para mí.
Julián: Busquemos ahora
maneras de replantear tu visión de futuro de un modo que resulte más
apremiante para todas las personas que lideras.
¿A qué se dedica tu empresa?
Peter: Hacemos programas para ordenador.
Julián: ¿Y cuál es tu mercado principal?
Peter: El sector
de la sanidad. Los principales hospitales usan nuestros programas para atender
mejor a sus pacientes.
Julián: Vaya, ahora ya sabemos algo. ¿Y qué es exactamente lo que tus programas permiten que hagan tus
clientes?
Peter: Bien, el
programa que más se vende es el que ayuda a médicos y enfermeras a controlar
los pacientes en estado crítico. Aunque empezó a venderse el año pasado, una
revista especializada en sanidad informaba no hace mucho de que ese programa
había salvado más de 100.000 vidas.
Julián: Veamos ahora qué es lo que quiero decir cuando hablo
de una causa apremiante. ¿Y qué ingresos obtendría Global View si salvara
millones de vidas?
Peter: Es difícil de decir. Hay tantos factores que tendría
que tener en cuenta y...
Julián: Para lo que tengo que decir, no importa, seamos
flexibles con las cifras - me interrumpió Julián - Dime simplemente, ¿es posible
que los ingresos de tu empresa alcanzasen los cinco mil millones anuales,
siempre y cuando tu programa salvase millones de vidas?
Peter: Sí, es posible -admití.
Julián: De acuerdo, pues. Imaginemos que tu definición se modificara
y fuese esta:
«Global View está apasionadamente comprometida
con la salvación de las vidas de hombres, mujeres y niños; facilitamos a
nuestros respetados clientes programas de ordenador de gran valor que les
permiten satisfacer con brillantez las necesidades de sus pacientes. Nuestro
objetivo para este quinquenio consiste en salvar las vidas de más de cinco
millones de personas y lograr cambios significativos y duraderos en el sector
sanitario».
Peter: ¡Caray! -contesté al comprender inmediatamente la
lección que Julián me estaba dando.
Julián: Ya ves, Peter. El trabajo de un líder consiste en
definir la realidad a su gente. El líder muestra a su gente una forma mejor,
más brillante de ver el mundo. Se enfrenta a los retos y los convierte en
oportunidades de crecimiento, de mejora y de éxito. Hace algo más que mostrar
a la gente cómo hacer las cosas bien, pues este es el trabajo del director.
El
líder iluminado deja bien claro qué hay que hacer, con lo cual sus empleados hacen
mejor las cosas que antes. Confirma constantemente que el objetivo que cada uno
persigue es bueno, justo y respetable. Entiende que la mejor manera de
incentivar un comportamiento innovador y excepcional es un trabajo que tenga
sentido.
El verdadero líder clarividente ofrece esperanza a sus seguidores
mostrándoles que les espera una realidad superior si siguen avanzando en la
dirección de la visión del líder. Dicho de otro modo, provoca la pasión de su
gente al conquistar su corazón y su mente con la fuerza de su objetivo.
Halla una visión a la
que puedas dedicarte en cuerpo y alma, que se convierta en el motor que te
impulsa, que sea tu razón de ser en el trabajo. Generará una excitación y
energía positiva que cubra toda la organización.
¡Los líderes visionan el futuro de la organización
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