martes, 17 de enero de 2012

¡GESTION EFICAZ DEL TIEMPO!

 

Uno de los recursos más valiosos, no adquirible, no renovable, no inventariable, no reproducible, pero a la vez el más democrático; es el tiempo. Es el más democrático por que en el mundo entero todos disponemos de 24 horas al día y 365 días al año, sin embargo cada quién decide que hacer con su tiempo.

El tiempo es un recurso imprescindible para cualquier actividad, es el recurso vital del cual jamás se tiene lo suficiente. Administrarlo de un modo eficaz permite optimizar el rendimiento y alcanzar mejores resultados con menos esfuerzo.

Estamos sobrecargados porque esta compleja sociedad en la que nos ha tocado vivir nos exige cada día mayor rendimiento, mayor productividad, mejores resultados. Y ello implica, la mayoría de las veces, una actividad ininterrumpida a un ritmo acelerado que no siempre es sinónimo de eficacia sino que, por el contrario, acaba generando estrés y resultados contrarios a los esperados. Lo cual todavía desemboca en mayor frustración y desmotivación.

Algunos profesionales siempre parecen presionados por el tiempo, traba­jan durante el almuerzo, son los últimos en salir del trabajo, se llevan a su casa pilas de papeles; mientras que otros parece que tuvieran todo el tiempo del mundo y no obstante completan su trabajo.

El tiempo se nos va de muchas maneras: charlas interminables, impuntualidad, Internet, correos electrónicos, twiters, llamadas telefónicas, chats, interrupciones, reuniones imprevistas, desorganización, urgencias, perfeccionismo, etc.

La inadecuada gestión del tiempo, además de tener consecuencias negativas en el ámbito profesional, tiene repercusiones importantes en la salud, en el entorno personal, familiar y social.

La gestión eficaz del tiempo contribuye decididamente a la autorrealización y al desarrollo personal. Podemos ser metódicos sin caer en la rigidez. Esto nos permitirá aprovechar las circunstancias y oportunidades que se nos presentan, en lugar de ir reaccionando sobre la marcha, a remolque de los acontecimientos.

 “Gestionar el tiempo” implica dominarlo y no dejarse dominar por él, es necesario tomar las riendas y decidir sobre la utilización de nuestro tiempo, revisar nuestros hábitos de trabajo y de vida, y hacerlos más saludables. Y para ello hay que sentarse, recapacitar sobre cómo estamos utilizando nuestro tiempo, reconocer que no le estamos sacando el máximo rendimiento y luego invertir el tiempo necesario, antes de empezar nuestras actividades, para poder sacarle el  máximo rendimiento. Es cuestión de hábito y constancia, una vez creada la conducta, el aprovechamiento del tiempo formará parte de nuestra rutina cotidiana y nos facilitará la vida mucho más.

Es necesario tener consejos, conocer técnicas y herramientas para mejorar su gestión. Es importante aprender a detectar las prioridades y a centrarnos en las actividades críticas. Debemos ser sistemáticos y rigurosos con nuestro tiempo,  descubrir las posibilidades de una buena planificación, distribuir y realizar adecuadamente las actividades,  tomar decisiones, cumplir los plazos y lograr nuestros objetivos.

El tiempo es el mayor enemigo del gerente. La capacidad de administrar el tiempo es lo que a menudo constituye la diferencia entre los buenos y los malos gerentes, después de todo si no podemos organizamos nosotros mismos ¿cómo pueden confiar en que organicemos a otros?; pero pocos manejamos el tiempo tan bien como debiéramos. De hecho, a menudo no lo manejamos tan bien como sabemos que podríamos manejarlo. Todos nos distrae­mos en trabajos que son más interesantes que las tareas prioritarias. Usted debe valorar más su tiempo, reconocer en qué lo está gastando actualmente y dónde se está desperdiciando;  y considerar diferentes maneras de emplearlo más eficaz­mente.

Hay tres maneras básicas de usar el tiempo con más eficacia:

  1. Eliminando ciertas tareas.
  2. Trabajando con mayor eficiencia.
  3. Planificando la manera de utilizar su tiempo.
 ¿Cuánto vale su tiempo?

Muchos gerentes desperdician su tiempo como si éste fuera gratis.
¿Ha calculado usted alguna vez lo que cuesta su tiempo por hora o por minuto?
Si no lo ha hecho, lo invitamos a que lo haga y a partir de ahí téngalo presente  cuando trate con visitantes indeseables, cuando atienda llamadas telefónicas inútiles o cuando se encuentre en una reunión que parezca no conducir a ninguna parte.
En realidad, esté usted haciendo lo que esté haciendo, habitúese a preguntar si esto vale su precio.

Eliminación de trabajo innecesario

Una manera de utilizar mejor su tiempo es dejar de hacer trabajos que no debiera estar haciendo. Líbrese del “trabajo innecesario", es decir, trabajo que lo mantenga ocupado que realmente no valga la pena hacer o que daría lo mismo si lo hiciera un miembro de su personal. Si usted lleva un diario de su trabajo, pronto verá que no es necesario hacer y dónde se desperdicia el tiempo.

Planificación del tiempo

Lo mismo que cualquier recurso costoso, su tiempo debe ser presupuestado. ¿Qué planes tiene para el trabajo de ma­ñana? ¿Para la próxima semana? ¿Para el próximo mes? ¿Para el próximo año?. Puede que usted no esté en posición de planificar con bastante anticipación, pero por lo menos, debe comenzar cada día laborable con intenciones claras acerca de la forma en que lo vaya a emplear.  

La mejor manera de planificar es la escritura, los planes deben ser visibles porque si se hacen “de cabeza” se pierden en la memoria y no pasan de buenas intenciones. Cuánto antes nos sentemos y escribamos, más rápido lograremos resultados visibles.
                 
¡Cada minuto que pasa en nuestras vidas y no lo hemos aprovechado, ya lo perdimos!

¡El tiempo es oro, por ello planifique el uso de su tiempo!


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