Las empresas están hoy especialmente expuestas al cambio y a la incertidumbre. Los monopolios y oligopolios están en proceso de desaparición, el liderazgo tecnológico suele ser efímero y los nichos de mercado ya no garantizan la supervivencia, ¿En cuánto se ha reducido la vida media de los productos y servicios en los últimos años? ¿Cuántas empresas han sido compradas, fusionadas o, simplemente, han desaparecido? Lo único seguro hoy es el cambio y la incertidumbre.
En este escenario sólo van a poder sobrevivir aquellas empresas capaces de renovarse y re inventarse de forma continua. Son las llamadas organizaciones inteligentes, empresas que actúan con una estrategia de aprendizaje continuo, en función de los cambios a los que se ven sometidas. ¿Puede ser realmente útil e importante la organización inteligente? ¿No será otro concepto de moda, de los que nos llegan de los teóricos del management anglosajón? Creemos que no, y que su importancia es trascedental para la supervivencia de las empresas.
La adquisición de nuevas competencias, la capacidad de cambiar y la imperiosa necesidad de ser competitivo son, desde cualquier punto de vista, factores críticos para cualquier empresa privada o pública. Ampliando su capacidad de aprender la empresa aumenta sus posibilidades de éxito en todas sus dimensiones.
Este artículo trata de clarificar el concepto de organización inteligente y de mostrar caminos sobre cómo implantar su concepto en una empresa. Podemos hablar de organización inteligente en el caso de aquellos organismos o empresas que tienen capacidad de aprender y renovarse de forma continua, de manera que logran adaptarse permanentemente al cambio y a la incertidumbre. En este sentido, ofrecen un marco eficaz sobre cómo gestionar una organización en tiempos "turbulentos".
A través del aprendizaje y la gestión de cambio continuo, la organización inteligente diseña su propio futuro, anticipándose a las nuevas y cambiantes situaciones que se le presentan. La capacidad de adaptación rápida, es decir, de asimilar en poco tiempo ideas nuevas y transformarlas en acciones, servicios o productos con mayor velocidad que la competencia, es consecuencia de la capacidad de aprender, y a su vez, del deseo de progresar y crecer.
La empresa transformada en organización inteligente aplica al máximo el potencial de sus integrantes, fomentando continuamente su desarrollo profesional y personal.
¿Cómo se distinguen las organizaciones inteligentes?
Debido a la mayor presión competitiva, la "reingeniería de procesos", el outsourcing y varias "olas" de recortes de gastos y reestructuraciones, un gran número de empresas son hoy más ágiles, menos jerárquicas y supuestamente más dinámicas que hace cinco años. Muchas incluso responden al concepto de organizaciones "modernas", sin embargo, no se trata necesariamente de organizaciones inteligentes. Una serie de conceptos relacionados se han introducido con el aprendizaje que hay que tener en cuenta a la hora de transformar una organización en una organización inteligente.
1. Aprendizaje individual 'versus' aprendizaje colectivo
El aprendizaje organizacional va más allá que el individual. Éste último se refiere a la manera en que las personas adquieren conocimiento a través de la educación, la experiencia o la experimentación. El aprendizaje organizacional, ocurre en la medida en que los sistemas y la cultura de la empresa son capaces de retener ideas y conceptos y de transferirlos a nuevos individuos. Por lo tanto, el diseño y la implantación de un programa de formación continua no son suficientes para transformar una empresa en una organización inteligente.
2. Aprendizaje orientado hacia el logro de objetivos
La mejora de la capacidad de un individuo o de una organización debe estar orientada al logro de los objetivos trazados. Es este aprendizaje, en definitiva el que será capaz de sostener a la organización en su proceso de renovación continua y de poder adaptarse a los cambios del entorno con éxito.
3. Cultura de Riesgos Controlados
El éxito constante es dudoso para el aprendizaje, porque promueve la complacencia, la búsqueda limitada de información, la aversión a los riesgos y la homogeneidad. Por el contrario, son los fracasos y errores los que conducen al aprendizaje, dado que ofrecen la variedad de experiencias necesarias para que el aprendizaje ocurra y fomente la búsqueda abierta de información, el reconocimiento de problemas y la motivación de adoptar soluciones. Para permitir este aprendizaje, y sobre todo el orientado hacia los objetivos; hace falta una cultura que fomente la toma de riesgos controlados y no castigue los fracasos.
La transformación exitosa en organización inteligente va más allá de la formación, dado que requiere un cambio de mentalidad en todos los niveles. La evolución de la organización hacia una cultura del aprendizaje sólo es posible en la medida en que los individuos cambien y apoyen el surgimiento de valores culturales nuevos (a veces diametralmente opuestos a los actuales) que cuestionan continuamente el statu quo, fomentan la toma de riesgos y no condenan los errores.
¿Cómo convertir su empresa en una organización inteligente?
1. Crear un compromiso de aprendizaje dentro de la compañía
Esto requiere el apoyo decidido, continuo y patente de la alta dirección, ya que en muchas empresas no es fácil convencer a los distintos estamentos de la imperiosa necesidad de aprender y formarse permanentemente. Las siguientes acciones pueden resultar muy eficaces:
· Incluir el aprendizaje como elemento central de la estrategia empresarial.
· Difundir el compromiso de aprendizaje en charlas y presentaciones con el personal, los clientes,
proveedores y algunos públicos importantes.
proveedores y algunos públicos importantes.
· Invertir en aprendizaje. No se trata únicamente de organizar cursos y seminarios, sino de
involucrar a los directivos y a los más experimentados como animadores y participantes en estos
eventos. Así será posible intercambiar experiencias.
involucrar a los directivos y a los más experimentados como animadores y participantes en estos
eventos. Así será posible intercambiar experiencias.
· Medir los avances que se consiguen en el área del aprendizaje por medio de indicadores como la
satisfacción de los clientes, el tiempo de respuesta del servicio post venta, o incluso la
comparación de resultados con los de la competencia.
satisfacción de los clientes, el tiempo de respuesta del servicio post venta, o incluso la
comparación de resultados con los de la competencia.
2. Trabajar en la consecución de ideas que provoquen cambios en la organización
Se trata de crear y llevar a cabo ideas que adapten la empresa a los nuevos requerimientos del mercado. Pueden ser mejoras continuas, adquisición de nuevas competencias, creación de equipos interdisciplinarios, de equipos que solucionen problemas, experimentaciones, adopciones, adaptaciones de ideas externas. La elección de uno u otro método irá en función de la cultura, estrategia y contexto de cada empresa.
3. Apoyar la generación de ideas con impacto
Un factor esencial para la implantación de la organización inteligente es asegurar que las ideas, los experimentos y el aprendizaje, serán compartidos por toda la compañía. La tarea central, es por lo tanto, la creación y gestión de una "infraestructura" que permita generar ideas en la totalidad de la organización.
¡Cree una infraestructura para generar ideas!
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